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Enraiza será nuestro espacio. Un espacio seguro y cómodo para profundizar en:

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REGULACIÓN EMOCIONAL

Aprenderemos a manejar las emociones de forma segura. Para ello les pondremos nombre, identificaremos qué nos vienen a decir, en que parte del cuerpo las sentimos, que sensaciones nos producen, que través de que pensamientos se han activado y viceversa, en otras palabras: tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y comportamiento.
Ser capaces de influir sobre lo que sentimos para intervenir en la forma, intensidad y el tiempo en el que lo sentimos.
Como seres humanos tenemos que partir de que sentir es inevitable, aunque a veces no nos guste o nos moleste. Y puesto que es inevitable, se trata de entender y dirigir lo que sentimo, para así adaptarnos mejor a las circunstancias que nos trae la vida.
Ser una persona inteligente únicamente en lo lógico y racional no es suficiente. Necesitamos también ser inteligentes emocionalmente. Y la regulación emocional es el producto final de esa parte de tu inteligencia.

AUTOESTIMA, SEGURIDAD Y CRECIMIENTO PERSONAL

Apostar por la autoestima es fundamental para el crecimiento personal y para llegar a un equilibrio entre nuestros pensamientos, nuestras emociones y las acciones que realizamos. Y descubriremos qué es el autoconcepto y la autoimagen, palabras esenciales que junto con la autoestima se refuerza la seguridad personal.
Y todo esto nos permite actuar con autonomía, asumir responsabilidades, afrontar mejor las adversidades, ser más respetuoses, comprensives, solidaries …, y sentirnos satisfeches con lo que realizamos.

SEXUALIDAD

Educación, orientación e identidad sexual: dudas sobre la propia orientación o identidad; conocimiento del sexo opuesto y del propio; explorar valores y creencias; obtener las herramientas necesarias para manejar las relaciones y nuestra propia salud sexual, etc.
Problemas sexuales: vaginismo, dispareunia, disfunción eréctil, eyaculación precoz, falta de deseo, aversión al sexo, etc.

TRAUMA Y DUELO

Las pérdidas de los seres queridos y los sucesos traumáticos desbordan, con frecuencia, la capacidad de respuesta que tenemos cada persona, que se siente sobrepasada para hacer frente a las situaciones que se ve obligada a arrostrar. Las estrategias de afrontamiento pueden vol- verse malsanas o fallidas; y las expectativas, derrotistas. La frecuente aparición de emociones que sentimos como desagradables, como el odio, el rencor o la sed de venganza (ante un suceso traumático causado por otros seres humanos), pueden complicar aún más el panorama. Como consecuencia de ello, las personas, incapaces de adaptarnos a la nueva situación, podemos sentirnos indefensas, perder la esperanza en el futuro y encontrarnos paralizadas para emprender nuevas iniciativas y, en definitiva, para gobernar con éxito nuestra propia vida.
Pero un trauma también se puede superar. Hay personas que consiguen sobreponerse a los terribles impactos y descubren de nuevo, sin olvidar lo ocurrido, la alegría de vivir.
Por muy terrible que haya sido la experiencia vivida, siempre cabe la posibilidad de cerrar, total o parcialmente, la herida sufrida. No se trata de olvidar lo inolvidable (tarea, por lo demás, imposible), sino de no sentirse atrapada como en una jaula por los recuerdos del pasado. Lo que se pretende es recuperar la capacidad de hacer frente a las necesidades del presente y de mirar al futuro con esperanza. En definitiva, ser capaz de atender a los requerimientos de la vida cotidiana, prestar atención a los estímulos exteriores, disfrutar de lo que se tiene a mano en las circunstancias actuales y hacer planes para el futuro, aunque sólo sea para los días o meses inmediatos, denotan un camino claro de recuperación.

MITOS QUE NOS RODEAN

Daremos voz a muchos mitos que giran alrededor de nuestro día a día y por lo tanto desmitificaremos conceptos hasta ahora bien arraigados en nosotres, en la sociedad